GESTIÓN

«Work hard, Play hard», como dicen los anglosajones… Siempre me ha gustado vivir intensamente, tanto en el ámbito profesional como en el personal.

Mi recorrido profesional, vinculado al marketing y al comercio dentro de grandes empresas, me ha permitido descubrir el mundo, la riqueza de las culturas que lo componen, y saber que hay un punto de convergencia sin el que no somos nada: las personas, ya sea en forma de cliente o de colaborador.

Mi recorrido personal me ha permitido viajar, recorrer y descubrir numerosos países. Primero con amigos, a lo mochilero, y más tarde con mi esposa, tratando de inculcar una mirada abierta a nuestros hijos con respecto a la diversidad del mundo que nos rodea.

Muy recientemente, he descubierto una nueva tribu, la de Schmidt Groupe; una hermosa mezcla de culturas compuesta de tradición y modernidad. Una explosión de energía, una start-up de más de 60 años en que las personas tienen un papel central… Tanto los hombres como las mujeres, ¡algo de lo que nos sentimos profundamente orgullosos!

¡Proud to «Be Schmidt»!

Llegados de la región de París, Alsacia se ganó mi corazón y el de mis hijos en cuanto llegamos en 2009. El recibimiento no pudo ser mejor, y desde entonces disfrutamos plenamente de la riqueza de esta tierra en muchos aspectos (cultura, patrimonio, gastronomía, vinos, etc.). Una tierra en la que convergen los caminos de Europa…
Tras muchos años en grupos internacionales de cultura anglosajona, al unirme a Schmidt Groupe me encontré con un grupo a escala humana con una bonita historia familiar, una cultura sólida, un gran compromiso por parte de sus trabajadores, una colaboración única con la red y, sobre todo, valores que comparto.
La ambición y la energía de nuestro grupo me entusiasma en el día a día, y el lugar que se otorga a las personas me permite ejercer mi hermoso oficio en el mejor de los entornos.

Mi objetivo:
Desde hace varios años, Schmidt Groupe ha ido desplegando varios proyectos e iniciativas en el marco de los programas «Be Schmidt» –para nuestros colaboradores– y el «Plan Emprendedor Responsable» –para los socios de nuestra red–, con una intención colaborativa e innovadora… En la actualidad, estamos listos para ir todavía más lejos y reforzar nuestra responsabilidad corporativa y medioambiental, y entrar en la ISO 26000 para seguir siendo uno de los principales actores reconocidos por nuestros colaboradores, socios y consumidores, y por nuestra área de influencia.

Vengo del mundo del automóvil, ahí he pasado más de 30 años —en Francia y en el extranjero— trabajando para fabricantes y en redes de distribución, donde he tenido la suerte de vivir todo tipo de experiencias inmensamente ricas.

Después de recibir tanto, sentí la necesidad de compartir y transmitir, y de hacerlo en una mediana empresa familiar, movida por un espíritu de desarrollo.

Mi proyecto para Schmidt Groupe se circunscribe en este contexto, y es fruto de un hermoso encuentro fortuito con el director general Laurent Blum, que hizo que inmediatamente suscribiera los valores del grupo, en fase con los míos, y representados por Anne, la presidenta, los colaboradores y nuestra red de concesionarios.

Para disfrutar del proyecto a fondo, me instalé en Colmar con mi esposa, y cada día, cuando camino a los pies del castillo de Haut Koenigsbourg, me doy cuenta de la suerte que tengo de formar parte de Schmidt y de vivir esta fantástica aventura humana.

Hace 20 años me presenté a mi primera entrevista de trabajo en una PYME y, desde entonces, el ritmo no ha parado… 

Empecé comprando etiquetas, y he terminado construyendo fábricas… 

Mejorar la organización, acompañar a los equipos, integrar la robótica a gran escala, innovar en los procesos… 

Todos estos proyectos industriales que forman parte del programa 1/10/100 han supuesto retos apasionantes. 

Para algunas personas, la región de Alsacia se encuentra en un valle lejano y perdido, pero para mí, que estoy enamorado de las montañas, la tranquilidad de los Vosgos me permite recargar las pilas, sobre todo después de mis visitas a China.

Hace 25 años que me uní a Schmidt Groupe, descubrí Alsacia y la oportunidad de evolucionar dentro de esta maravillosa empresa.
Así fue: de ingeniero pasé a ocupar un puesto de responsable de métodos, jefe de taller, responsable de producción, director de fábrica, director de QHSE y, por último, llegué a la dirección de compras & supply-chain aval (distribución comercial) del grupo.
En cierto modo, es una forma de volver a mis orígenes, puesto que al principio de mi carrera me encargaba de las compras de herramientas.

Los retos de esta función son muchos y son los siguientes:

• establecer una relación sólida con los proveedores, con el objetivo de mejorar constantemente en calidad, costes, plazos e innovación
• favorecer la firma de contratos con actores económicos locales, nacionales, europeos, o mundiales (en ese orden de preferencia), para mantener el empleo de proximidad y reducir la huella de carbono en nuestros suministros
• diseñar y aplicar soluciones logísticas para alcanzar el VN de «mañana» y satisfacer a nuestros clientes
La plena satisfacción del consumidor es lo que guía nuestras decisiones y nuestra forma de funcionar. Nuestro objetivo es conseguir que nos recomienden a su alrededor.
Mi proyecto de vida es realizarme gracias a una vida profesional apasionante, una vida familiar plena y aficiones interesantes.

Entré en el grupo en el verano de 2002 como jefe de proyecto para el departamento de informática industrial y automatismos. Desde entonces, ¡puedo decir que el camino recorrido en «nuestra» empresa familiar ha sido maravilloso!

El grupo me ha dado la oportunidad de participar en su desarrollo interviniendo en proyectos motivadores, tanto desde el punto de vista humano como, evidentemente, desde el punto de vista técnico que tanto me gusta.
En ese contexto, he ocupado diferentes funciones de responsabilidad en el ámbito industrial, pero también he dirigido proyectos transversales, como el programa de transformación OPERA.

Desde 2019 estoy al mando de la DSI y mi objetivo es, junto con mi equipo, colaborar con todos los departamentos internos y toda la red de tiendas, y convertirnos así en creadores de valor añadido para todos.

A mis casi 40 años he tenido la oportunidad de vivir y viajar por algunos lugares del mundo. Ahora, lo que más me gusta es pasar tiempo en casa con mi familia o con mis amigos, disfrutando de una buena comida.

«Los caminos del viento» me han llevado a lugares bien distintos.
Mi vida profesional, construida básicamente en el sector financiero, me ha hecho descubrir universos tan variados como los servicios, la construcción o la industria. Tanto en pequeñas como en grandes estructuras, he ayudado a las empresas a reinventarse y a enfrentarse a sus desafíos de crecimiento, en Francia y a escala internacional. El mundo de las finanzas es un lugar ideal para evaluar una empresa en su conjunto. La responsabilidad asociada consiste en proporcionar las herramientas de gestión, la creatividad necesaria para afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades, y ayudar en la toma de decisiones.
De lo profesional a lo privado, ese mismo viento me ha llevado, en familia o en solitario, en coche, en avión, en moto o a pie… a descubrir mi país y muchos otros. Intento hacer el mejor de los usos de este mundo.
Nuestra familia reconstituida –de 6, 5, 4, o 3 en función del momento de la semana– es una fuente infinita de placer, ¡y también plantea algunos desafíos!
Me uní a Schmidt Groupe por varios motivos: el sector del hogar, en el sentido más amplio del término, me parece apasionante. Se trata de una empresa líder y llena de oportunidades de crecimiento y proyectos estimulantes, y las personas que la integran transmiten una cultura empresarial totalmente alineada con mis valores.
Esta empresa es especial, tiene una esencia particular y única. Todos estos elementos hacen que sea todavía más placentero participar de estar obra colectiva, una obra que va más allá de mí como individuo. ¿Qué más se puede pedir?